Degustar un maridaje de vino y aceite en una bodega de Lérida es una experiencia fascinante que resalta la diversidad de sabores y texturas de ambos elementos. Esta combinación única permite a los entusiastas del vino y los amantes de la gastronomía sumergirse en un mundo de aromas y matices excepcionales.
En una experiencia de cata de vino y aceite, se exploran diferentes variedades de aceites de oliva virgen extra junto con una selección de vinos de Lérida cuidadosamente elegidos. Cada aceite y vino se complementan y contrastan entre sí, creando una sinfonía de sabores en el paladar.
Los sommeliers y expertos guían a los participantes a través de esta experiencia educativa, explicando cómo identificar las características únicas de cada aceite y cómo se combinan con los matices del vino de Lérida. Se descubre cómo el aceite puede realzar la experiencia de saborear el vino y viceversa.
Catar un maridaje de vino y aceite en una bodega ofrece una nueva perspectiva sobre la gastronomía y la cultura culinaria, dejando una impresión duradera y enriquecedora en los paladares de los asistentes. Es una oportunidad para explorar la perfecta armonía entre estos dos ingredientes esenciales y disfrutar de una experiencia culinaria única.
Entre viñedos, el tiempo se detiene para aprender y disfrutar.
La bodega está dotada con unas instalaciones de la más alta tecnología, que permite trabajar cada partida de uva de manera individualizada, obteniendo así el mejor de cada vino.
La sala de barricas fue construida bajo tierra para respetar su integración en el paisaje y aislarla mejor de las temperaturas de la zona. En ella reposan barricas de 300 litros, en su mayoría de roble francés, de diferentes tonelerías, orígenes y tostados. Esto nos permite poder elegir el perfil de crianza adecuado para cada tipo de vino.