Tierra de arte mudéjar y de balnearios con aguas medicinales, aquí podrás catar un vino que se cultiva en terrenos áridos, de gran altitud, que obliga a trabajarlos manualmente, y con clima continental, de inviernos fríos y veranos cálidos. La uva característica de esta zona es la Garnacha tinta. Los restos celtíberos nos cuentan que aquí se bebe vino nada más y nada menos que desde el siglo II a.c. Para los aficionados a las fiestas del vino, os recordamos que las vendimias aquí son muy tardías, y que suelen ser alrededor de la primera semana de octubre. Si te acercas a visitar una bodega y, además, quieres acompañarla de la gastronomía de la zona, te recomendamos el espectacular ternasco de la zona con borrajas, una verdura típica del lugar. A los que no coman carne, pueden probar un plato muy rico de la cocina bilbilitana, el congrio. Por cierto, que no se nos olvide decirte que aquí, en Calatayud, se hizo el primer chocolate de Europa.