Los niños son una fuente de diversión inagotable y demandan constantemente actividades nuevas para hacer. Aunque, tradicionalmente, una cata es una actividad diseñada para adultos, en los últimos años, muchas bodegas, conscientes de que su público más asiduo está en edad de tener hijos, presentan a los padres aficionados al vino la posibilidad de visitar las bodegas con sus hijos, a los que normalmente se les ofrece un mosto durante la cata.
El enoturismo con niños es una fantástica oportunidad para introducir a los más peques en la cultura del vino.
Así que, si eres padre, ¡ya no tienes excusa, que este es un buen plan para toda familia!