El vino y la gastronomía en Salamanca forman una combinación perfecta que refleja la riqueza cultural y gastronómica de la región. En términos vinícolas, la provincia cuenta con la Denominación de Origen Protegida (DOP) Sierra de Salamanca, una zona vinícola emergente que destaca por la utilización de variedades autóctonas, como la Rufete. Estos vinos, caracterizados por su elegancia y frescura, se producen en viñedos situados en terrazas sobre suelos graníticos y pizarrosos, lo que les aporta una identidad única. Además, Salamanca también se beneficia de la cercanía de otras denominaciones como Arribes y Toro, que complementan la oferta vinícola con tintos potentes y estructurados.
La gastronomía salmantina es otro de sus grandes atractivos. El jamón ibérico de Guijuelo, con su denominación de origen propia, es uno de los productos más valorados a nivel nacional e internacional. Su sabor intenso y textura suave lo convierten en el acompañante ideal de los vinos de la región. Otros embutidos, como el lomo, el chorizo o la longaniza, también forman parte esencial de la gastronomía local.
Los platos tradicionales incluyen la chanfaina, un guiso a base de arroz y casquería, el hornazo, un bollo relleno de embutidos, y la carne de morucha, una raza autóctona que ofrece carnes de gran calidad. Todo esto se puede degustar en los numerosos asadores y restaurantes de la ciudad y la provincia, donde la cocina tradicional se mezcla con innovaciones culinarias.
En definitiva, Salamanca ofrece una experiencia gastronómica y vinícola única, en la que los sabores intensos de su cocina combinan a la perfección con la elegancia de sus vinos, convirtiéndola en un destino imprescindible para los amantes del buen comer y beber.
Compañía de vinos La Zorra

Hacienda Zorita Natural Reserve

Posada Real Castillo del Buen Amor

Bodegas Arribes del Duero
