Lérida, en el corazón de Cataluña, es un destino sorprendente para los amantes del enoturismo, donde las montañas y valles crean un escenario ideal para disfrutar de experiencias vinícolas únicas. Con la Denominación de Origen Costers del Segre, esta región destaca por su diversidad de microclimas y variedades de uva que dan lugar a vinos singulares y de gran calidad. Lo que distingue el enoturismo en Lérida son las propuestas que integran naturaleza, tradición y aventura.
Uno de los planes más originales es realizar catas en refugios de montaña, accesibles solo a través de rutas de senderismo o en 4×4, donde el visitante puede degustar vinos locales rodeado de paisajes espectaculares. También, algunas bodegas organizan experiencias de glamping en sus viñedos, donde se puede dormir bajo las estrellas y disfrutar de cenas maridadas al aire libre.
Para quienes buscan una inmersión más profunda en la historia, es posible visitar antiguas catedrales del vino, donde las bodegas están ubicadas en construcciones modernistas centenarias. Además, la región ofrece la oportunidad de participar en la vendimia heroica, donde el proceso de recogida de la uva se realiza en empinadas laderas. Estas actividades innovadoras hacen del enoturismo en Lérida una aventura inolvidable.
El molino y la elaboración del aceite, Bodega L Olivera cooperativa

Día de la arbequina, Bodega Clos Pons
