El vino de Gran Canaria es una parte esencial de la rica tradición vinícola de las Islas Canarias, España. Aunque no es tan conocido como el vino de otras regiones españolas, la producción vinícola en Gran Canaria tiene una larga historia y ofrece vinos únicos y fascinantes.
La isla cuenta con varias Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) que producen una variedad de vinos blancos, tintos y rosados. Entre estas DOP se encuentran la Denominación de Origen Protegida Gran Canaria y la Denominación de Origen Protegida Monte Lentiscal.
Los viñedos de Gran Canaria se encuentran en terrenos montañosos y volcánicos, con altitudes que varían desde el nivel del mar hasta los 1.500 metros. Este paisaje diverso, junto con el clima subtropical, contribuye a la singularidad de los vinos de la isla.
Las variedades de uva autóctonas como la Listán Negro, la Vijariego, la Malvasía Volcánica y la Negramoll son ampliamente utilizadas en la producción de vinos en la isla. Estos vinos suelen ser frescos, afrutados y con un carácter volcánico distintivo, que refleja el entorno único en el que se cultivan las uvas.
La visita a las bodegas de Gran Canaria ofrece una oportunidad única para descubrir la historia y el proceso de elaboración de estos vinos, así como para degustar una selección de sus mejores productos. Además, la isla cuenta con una rica tradición gastronómica que complementa perfectamente sus vinos, con platos típicos como el pescado fresco, las papas arrugadas y el mojo canario. En resumen, el vino de Gran Canaria es una expresión auténtica de la identidad y el carácter de la isla.
Bodega Los Lirios
