El vino orgánico y el vino vegano son dos categorías cada vez más valoradas por consumidores conscientes. Aunque a menudo se confunden, tienen diferencias clave. El vino orgánico se elabora a partir de uvas cultivadas sin pesticidas ni fertilizantes sintéticos. Además, durante su vinificación, se limita el uso de aditivos químicos, y se respeta un proceso más natural que busca proteger la biodiversidad del viñedo.
Por otro lado, el vino vegano se refiere al proceso de clarificación del vino, una etapa en la que tradicionalmente se usan productos de origen animal, como claras de huevo o gelatina. En los vinos veganos, estos se reemplazan por alternativas vegetales o minerales, como la bentonita, asegurando que no haya ingredientes animales en ninguna fase del proceso.
En Portugal, un país con una rica tradición vitivinícola, cada vez más bodegas apuestan por prácticas sostenibles y respetuosas tanto con el medio ambiente como con los animales. Esto ha impulsado la producción de vinos que son simultáneamente orgánicos y veganos, dirigidos a un público que busca calidad sin comprometer sus valores. Estas bodegas adoptan métodos ecológicos en el viñedo y procesos éticos en la bodega, ofreciendo vinos auténticos, con identidad y responsabilidad.
Quinta da Caldeirinha
