Melilla, aunque no es conocida por su producción vinícola, ofrece una rica experiencia gastronómica influenciada por su ubicación en la costa norte de África y su historia multicultural. Los platos típicos incluyen el «tajine», un guiso aromático de carne y verduras cocido lentamente en una olla de barro, y el «pastel moruno», una especie de empanada rellena de carne especiada.
En cuanto al vino, aunque Melilla no cuenta con bodegas propias, puedes encontrar una variedad de vinos españoles y marroquíes para acompañar tus comidas. Algunos restaurantes locales ofrecen catas de vino donde podrás degustar diferentes variedades y aprender más sobre su maridaje con la cocina local.
Si estás interesado en visitar una bodega, podrías considerar explorar opciones en las regiones vinícolas cercanas de Málaga o Jerez, donde podrás disfrutar de una experiencia enológica más completa y aprender sobre la producción de vino en España.
